Conoce cómo evitar el sexismo y la discriminación en el uso del lenguaje, de las imágenes y de los comportamientos, para que contribuyas a transformar la comunicación de tu organización acorde con la sociedad moderna del SXXI.
Para empezar, lo más importante es ser sensibles al acelerado cambio sociocultural que estamos viviendo, donde la diversidad y pluralidad de las personas en cuanto a género, orientación sexual, capacidades, cultura, origen étnico, religión o edad, entre otras características, se han visibilizado y nos traen visiones muy enriquecedoras. Sólo desde una comprensión holística basada en el respeto y la igualdad, seremos capaces de transmitir mensajes inclusivos donde todas las personas sientan que su individualidad es respetada y representada de manera positiva.
"Lo que no se nombra no existe" [i]
Respecto al lenguaje, es vital ser conscientes de que las palabras y gestos que elegimos interpretan a la realidad y reflejan a la sociedad en la que vivimos. Todo aquello que no nombremos, queda invisibilizado. Entonces ¿por qué seguir utilizando el genérico masculino como género neutro (ej: Los empleados) para referirnos tanto a hombres como a mujeres, cuando las mujeres son casi el 50% de la población y quedan invisibilizadas? Por ello, el lenguaje no puede ser “neutro” cuando se pretende que el masculino incluye al femenino. La buena noticia, es que el idioma español tiene múltiples recursos lingüísticos, además del uso del desdoblamiento (ej. Los empleados y las empleadas), que permiten comunicar de manera inclusiva y precisa, sin excluir e invisibilizar, esto claro, si realmente se tiene la intención de facilitar una comunicación más propia de los tiempos contemporáneos.
Otro punto clave en la reflexión, es la existente desconexión entre la comunicación de las empresas y la sociedad. Según el estudio Kantar Global Monitor 2021, el 88% de las personas consumidoras creen “que no hay suficientes marcas que representen adecuadamente a personas como yo o a mi comunidad”. Es una alerta, que invita a redefinir la manera de cómo las empresas deben comunicar para conectarse mejor con las audiencias de hoy.
Todo comunica
Las empresas y organizaciones comunican diariamente mensajes tanto a sus audiencias internas como externas, a través del lenguaje, las imágenes, fotografías, ilustraciones, iconografía o comportamientos. Todo ello está cargado de significados que, en ocasiones, quizás sin intención o por desconocimiento, pueden ser discriminatorios, generar rechazo o llegar a perjudicar a la imagen de la empresa.
Veamos algunos ejemplos de recursos atener en cuenta:
- Lenguaje verbal: Tanto si se utiliza de manera oral como escrita debe de ser entendible y pronunciable. Por eso, aunque se tenga la intensión de ser inclusivo utilizando la arroba “@”, el asterisco “*” o las equis “X” para incluir a mujeres y a hombres en una frase, no funciona. Existen múltiples recursos lingüísticos que son inclusivos, como utilizar pronombres sin marca de género (ej. quienes) o anteponer la palabra “persona”, entre otros.
- Imágenes: Tener una mirada inclusiva permite reflexionar sobre los personajes que aparecen, el rol que tienen o los planos en el que se les muestra, entre otras cuestiones, para corregir todo aquello que no este representando a la sociedad de hoy.
- Comunicación gestual (no verbal): Evitar formas de actuar sexistas o discriminatorias como el “Mansplaining”, que han sido “toleradas” y hoy son rechazadas.
Beneficios de comunicar de manera inclusiva
- Genera mayor empatía con las audiencias
- Aporta pluralidad y representatividad
- Retiene y atraer talento
- Evita riesgos reputacionales
- Potencia una cultura corporativa moderna
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[i] Wittgenstein, Ludwig.